martes, 9 de marzo de 2010

Calíope, el encuentro



Antes que cualquier cosa, Arriba Wagnermanía, y que Viva el Rock n´ Roll!!!

Ahora bien, ya después de ese comentario la gerencia quiere expresar una disculpa por abandonar tanto tiempo el contenido de este su espacio, pero han existido eventualidades escolares que impiden el buen desarrollo de esta labor de escritura.

Pues si queridos lectores imaginarios y lectora no imaginaria, es momento de revelar una de las historias más interesantes que jamás le han ocurrido a Caballero alguno, si bien es cierto todos los grandes personajes de los mitos, leyendas historias y relatos poseen un articulo característico, que los distingue de los demás.

Por ejemplo: el Famoso Rey Arturo; Excalibur (espada), Don Quijote de la Mancha y su Yelmo (bacia de barbero), Meteoro y el Mach 5 (automóvil), Jasón y el Argón (barco, no se menciona el vellocino de oro por ciertas causas), bueno ya es muy evidente a donde quiero llegar, yo Indigo Hare Krishna también poseo un elemento místico y mágico Calíope.

La historia se remonta unos 6 años en el pasado, un diciembre, en aquel tiempo yo estaba un poco abatido por circunstancias del destino, justo en el vestíbulo del final tormentoso de una relación enfermiza y algo psicópata, para proteger la identidad de aquella chica desde este momento la llamaremos "Gant" tan solo por el orden de sus iniciales.

Justo en esos días la sensación de vacío preponderaba en la atmósfera, un dulce y claro olor a intriga se apoderaba de mis latidos y era más que claro que requería salir a pasear, y así fue queridos lectores imaginarios que casi todos los días, en lugar de hacer alguna cosa productiva salía de casa a hacer lo que mejor hacen los preparatorianos: "Vagar".

Uno de mis paseos favoritos de toda la vida ha sido ir a ver discos, pero el que más me gusta es ir a ver instrumentos musicales, eso se debe a que soy medio farol y si encuentro un piano, una guitarra o loqueseaquepuedatocar, simplemente lo toco ya que me gusta ser el centro de atención a causa de mis dotes artísticos. Lo cierto es que no resisto la tentación de probar los instrumentos cada uno se siente diferente, es difícil de explicar pero simple de comprender, es como conducir tu carro y después el de un amigo, es lo mismo sí, pero el tuyo es el tuyo.

En fin, en esos momentos yo recorría la colonia Roma pues en general tiene un buen ambiente, no esta muy lejos de mi casa, hay varios locales medio alternativos, tiendas raras pero sobretodo esta Verkamp, "el palacio de la música" y Sala Chopin relativamente cerca y todavía en aquellos ayeres esas sucursales tenían buenas existencias, eran atendidos por gente que sabía de música y no por vendedores payasos que no tienen idea que lo más importante de vender un instrumento es conocerlo.

Cierto día por allí del 13 de diciembre ya cercana la noche decidí pasar a saludar al buen amigo Edgar, quien era el joven que atendía Sala Chopin, un sujeto bastante agradable que te dejaba tocar todos los instrumentos de la tienda si así lo deseases, lo más cool, es que el te acompañaba ya fuera en el bajo, la batería o la guitarra, en la voz si era medio malo, pero aún así le ponía muchas ganas.

Creo que para fines del relato es importante decir que Sala Chopin, esa que esta en Alavaro Obregón, estaba en proceso de remodelación- re edificación, pues se habían mudado momentáneamente a un edificio cercano, dónde solo Dios y Edgar saben cómo lograron meter los pianos y demás cosas por medio de pasillos tan angostos.

Una vez que entras esquivas un par de cajas, un piano en el pasillo y como 6 o 7 estanterías, el sitio mágico se abría y un mundo de cuerdas y colores se mostraba ante los ojos expectantes de cualquier visitante, igual que otras veces saludaba a ese amigo.

Y justo cuando nos disponíamos a tocar nomeacuerdoquerola, sentí como si alguien me miraba, un poco confundido di un vistazo y claro no había nadie, los ñoños que tomaban sus ridículas clases de música aún no salían y el publico, nuestro publico llegaría en no menos de media hora; intente regresar a mi ejecución pero la sensación no me abandonaba y el impulso de saber qué estaba allí me obligó a voltear nuevamente.

Edgar que estaba alistando un bajo, seguramente vio mi extraño comportamiento en ese momento dijo: "ahh, no te he enseñado las nuevas chicas que llegaron ven vamos a que las conozcas...", momentáneamente dejamos todo en su lugar y me llevo a "saludar" aunque vi todas rápidamente una me llamó la atención enseguida, la sensación de pertenencia y la vista fija lograron erizar mi piel y cada uno de mis sentidos.

En el acto intente tomarla, pero un reflejo logró que rápidamente alejara mi mano de la estantería, tímidamente lo intenté con mayor delicadeza y suavidad, como si acariciara a un ser amado, hoy no sé si fue mi locura temporal o la interpretación que yo hago acerca de un gusto, pero cuando finalmente le puse una mano encima, suspiré y una cálida sensación de comodidad tomaba todo mi cuerpo.

Edgar diligentemente me dijo, "oye esa se ve padre, y no esta tan cara, si te animas te hago un descuento, pronto será navidad y me caes bien que dices..." la verdad creo que dije algo que sonó como un sí, acepto, en aquellos días creo que era menos pobre o tenía menos gastos dos días después con el dinero en la mano fui a comprarla.



Ese día salí de mi casa como de costumbre en la tarde, muy emocionado por el momento y la alegría que me causaba ver a quien sería Calíope, llegué al edificio, volví a esquivar los obstáculos, y la vi allí estaba ella juro por lo que sea que desde entonces siento que me mira. Solo le dije a Edgar ve me haciendo mi nota y pasame un cable.

Con amor la tomé la afiné y empecé a tocarla, qué dije tocarla, yo no sé cómo o por qué pero ese día todo fue tan natural, nos estábamos conociendo y existía un acoplamiento increíble al rato estábamos tocando otra vez, junto a una gran concurrencia de aproximadamente 5 o 6 personas.

Como parte del show dejé a Caliope un rato y demostré mis talentos vocales... lo curioso fue que cuando regrese a volver a tocar, estaba desafinada otra vez...Si cómo lo leen queridos lectores imaginarios, Caliope se desafinó sola, para los que tengan el gusto de conocerla entenderán un poco más que es celosa y caprichosa.

Ese día no le presté mucha atención, la guardé en su caja y me fui a casa, donde quizás nadie esperaba que regresará con una guitarra nueva, pero como todas las novias que van a tu casa, a la mayoría las ven feo la primera vez, ya después de un rato se acostumbran.

En aquel momento no tenía nombre, pero al irnos familiarizando descubrí en ella ciertas cosas por demás interesantes, su nombre se debe a que resalto de entre las demás y a su bella voz, que es muy singular,una vez más los que la han oído podrán decirlo su sonido es especial... y me traía la inspiración como una musa... efectivamente era una musa, mi musa quien por sus características debía ser : Caliope.

"Calíope (en griego antiguo Καλλιόπη Kalliópê, ‘la de la bella voz’) es la musa de la poesía épica y la elocuencia. Se le representa con las características de una muchacha de aire majestuoso, llevando una corona dorada, emblema que según Hesíodo indica su supremacía sobre las demás musas. Se adorna con guirnaldas, llevando una trompeta en una mano y un poema épico en la otra".

Ya con nombre que por cierto demore cerca de 3 meses en descubrirlo, y terminando con Gant la relación psicópata emprendí la búsqueda del verdadero amor acompañado por Caliope, quien tiene una peculiaridad, ser celosa.

Caliope no solo se desafina si en su presencia tocas otro instrumento, eso es lo menos que hace, existen testimonios de cuerdas reventadas y extraños matices cuando la he usado para cantarle a las chicas que me han gustado. Llámenme loco, pero me ha pasado.

Sin embargo ese será tema de la siguiente entrega, por hoy sabemos un poco más de cómo conocí a Caliope.

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